Estado Natural, experiencias para gente con ombligo.

Si eres de los que piensas que la vida es una sucesión de experiencias, además de pasar por la naturaleza dejas que la naturaleza pase por ti, tienes ombligo y eres consciente de ello y de lo que eso conlleva, bienvenido, aquí tienes tu espacio.

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martes, 18 de enero de 2011

El tour gastronómico-cultural al pueblo del Quijote

En la Plaza Mayor, bajo los arcos

Este es un breve resumen fotográfico de aquel tour cultural y gastronómico que tuvimos el privilegio de organizar para visitar el célebre pueblo del Quijote, Villanueva de los Infantes. 
El sábado 20 de Noviembre del 2010, nos amaneció la meseta castellana en un día lluvioso y gris, dándonos la bienvenida con su traje otoñal, apunto de mudarse para el invierno.



Detalle de puerta clásica de las casas manchegas antiguas

 
Armados de nuestra mejor actitud y aún de madrugada, dejamos Madrid desperezándose,  y tras la parada de rigor a medio camino para el café correspondiente, desembarcamos de nuestro autocar en pleno centro del pueblo manchego. Infantes nos da la bienvenida con una lluvia fina e incansable, regando y purificando la señorial atmósfera que se respira en cada una de sus calles.
 
Hay que recordar que en 1974 fue declarado conjunto histórico-artístico. Esto quiere decir que es un núcleo urbano que destaca por su importancia y riqueza arquitectónica y cultural.
Es por ello que atesora joyas arquitectónicas como  la imponente Plaza Mayor, frente a la Iglesia se San Andrés (donde se encuentra la tumba de Francisco de Quevedo) ,  plaza con una planta rectangular asimétrica muy característica, toda ella bordeada de edificios de corte renacentista y neoclásico.
Emociona pensar que por ella transitaron personajes como Cervantes, Quevedo o incluso el mismo Santo Tomás de Villanueva.
Y es justo en este punto comenzamos la visita guiada a Villanueva de los Infantes.

Y es justo en este punto comenzamos la visita guiada a Villanueva de los Infantes.
La antigua Alhóndiga, la Casa del Arco, la Casa de los Estudiantes, el Convento de Santo Domingo y un largo etcétera se fueron continuando en un precioso recorrido a lo largo de la mañana.


Detalle de escudo heráldico desgastado por los siglos

Parroquia de San Andrés



 


Plaza Mayor

Calle Mayor

Atardecer en Infantes



Foto de grupo

Después el momento aperitivo, un descanso entre cañas y chatos para comentar las mejores jugadas que dio paso a la comida, con menú manchego de tres tiempos con el que volvimos a recuperar  las fuerzas.

El tiempo libre y la compra de suvenires gastronómicos fue la antesala de una cata de dulces artesanos del lugar, colofón de la visita que cerró con broche de oro una excursión inolvidable.
Y ya con las panzas llenas, las mentes contentas  y el corazón caliente, carretera de regreso a los Madriles y a comenzar a organizar la siguiente ruta para Febrero.

Próxima excursión: Consuegra, el pueblo de los molinos de viento que inspiraron a Cervantes  para dar forma a los gigantes que se enfrentaron a Don Quijote en su primera aventura.

lunes, 17 de enero de 2011

En el pueblo del Quijote



“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía…”
Así comienza la novela del  Quijote, de Miguel de Cervantes, una de las obras de literatura más universales del planeta.
Y así se abrió también, de paso, una de las mayores incógnitas espaciales, origen de múltiples polémicas geográficas entre los pueblos del lugar, en perpetua disputa donde ubicar el origen de tan misterioso lugar.

Para quien no lo sepa, La Mancha es una región de Castilla (España)  con una fuerte personalidad cultural propia y unas características geográficas únicas, muy definidas.
 Abarca un territorio comprendido entre las provincias de Toledo,  Ciudad Real, Albacete y Cuenca.
Es difícil pues, entre tantos kilómetros cuadrados, establecer y ubicar el origen del misterioso “lugar” que Cervantes no quiso especificar (por los motivos que fuera) y han sido varias las localidades de la zona las que, a lo largo de los siglos,  se han postulado orgullosamente como el pueblo originario del Quijote.

En el año 2004, tras 400 años de polémicas, se reúnen un grupo de científicos de la Universidad Complutense de Madrid con el fin de establecer el punto original donde comienza el libro.
Después  diversos estudios físicos y geográficos y cálculos de espacio- tiempo (como por ejemplo el medir la velocidad y los kilómetros que pueden recorrer un mulo en un día) deciden que, sin lugar a dudas, Villanueva de los Infantes es el pueblo del Quijote.

Y si nos atenemos a la importancia que esta villa ha desempeñado a lo largo de la historia de Castilla en general y de la Mancha en particular  (fue capital del Campo de Montiel en los años de Cervantes, así como una de las ciudades principales  de las órdenes militares de Santiago y Calatrava, piedra angular de la economía, religión y cultural de la zona durante el s. XVI y XVII, amén de lugar de exilio y sepultura de Quevedo, etc)  nos rendimos ante la evidencia de que así es. Es más que posible,  por lo tanto que Cervantes , en su trabajo de recaudador de impuestos , recorriera sus calles y quedara embelesado e impresionado por la villa, al igual que el turista de hoy en día.

Villanueva de los Infantes, con su trazado señorial, sus pórticos blasonados, testigo de un pasado de nobleza e hidalguía  (es la ciudad, incluso por encima de Toledo que más escudos de hidalgos coronan las puertas de las viviendas) es el lugar ideal por el que se movió el insigne Don Quijote, contaminando su mente con las fantásticas historias de aventuras y caballeros que se respiran por sus calles.

Si los científicos han errado y nos están haciendo vivir una realidad que no es, no lo sé. Pero prefiero seguir viviendo en mi ignorancia y mantener el engaño en mi mente, como un nuevo Quijote del s. XXI, contaminándome de la belleza de un pueblo que ya entonces, en el año 1974,  fue declarado conjunto Histórico Artístico .

martes, 23 de noviembre de 2010

El Reina Sofía vuelve a mudar de piel

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Reina/Sofia/vuelve/mudar/piel/elpepucul/20101121elpepicul_1/Tes

Felicidades a todos los amantes del arte.
La última vez que visité este museo fue hace más de 15 días y,  a fe mía,  resultó verdaderamente un caos.
Cronológicamente, su colección es una prolongación de la  del  Museo del Prado al cubrir el periodo que va de finales del siglo XIX  a la actualidad. Y dentro de sus muros  Picasso, Oteiza, Klein, Rothko, Millares, Bacon, Lichtenstein, Dalí, etc.
Una joya en el corazón de Madrid que todo amante del arte debe visitar si acude alguna vez a la capital.  No hay nada más madrileño que una mañana de domingo caminando por el Paseo del Prado, visitar el museo, empaparte de arte y a la salida embutirte un bocata de calamares con unas cañas para comentar las mejores jugadas. Quizás esto último no suene muy cool, pero aquí la tradición manda y eso es nos hace más vintages, que a la larga es lo que manda.

Para resolver la cojera conceptual de un edificio del s. XVIII en pleno s. XIX llegó la ampliación del museo,  y con ella la polémica,  con su nuevo revestimiento metálico y rojo  (que a mí, personalmente me encanta)

El reordenamiento de las galerías, temporal,  trajo la confusión, el cierre de algunas salas y la distribución caótica de las obras.
Afortunadamente eso ha terminado. Volvemos a disfrutar del Reina (como se conoce popularmente aquí) en todo su esplendor.
Un aplauso. Volveré a por mi bocata de calamares, y esta vez espero que no se me indigeste.

viernes, 13 de agosto de 2010

No hay palabras



                                               
Arde Europa. 
Quisiera describir la rabia e impotencia que siento ver estas imágenes. No me sale nada.
Hoy no puedo. 
Hoy, las líneas de los sucesos se siguen escribiendo con la ceniza de lo que ayer fue vida.
Ahora llega la nada en forma de silencio negro. Lo cubre todo.
Incluso mis palabras,  también consumidas por el fuego.
Todo.

jueves, 5 de agosto de 2010

Un paseo por el Pico del Nevero

Salimos un bonito domingo de Julio, bien temprano, como a eso de las 7.30h de la mañana, tras desayunar sólidamente unas tostadas con café en uno de los innumerables baresa que hay en el bello pueblo serrano de  Lozoya.
La subida en coche por la siempre complicada carretera que sube hacia el puerto de Navaf´ria, nos llevó hasta el km 9, donde nos desviamos y tomamos el atajo de tierra que conduce hasta una zona de merenderos .
Allí, tras contemplar la bella vista que desde ese punto se tiene del valle, comenzamos la ascensión atravesando las masas forestales de pinos, dirección a las lagunillas del Nevero.
Vista de la cara anterior de las lagunillas
Antiguo frente de batalla durante la Guerra Civil Española, el lugar fué escenario de frecuentes y cruentos combates entre los dos bandos, ansiosos por disputarse el estratégico punto geográfico del Pico del Nevero, así como del Puerto de Navafría.

La tragedia de la guerra azotó a esta zona de forma bastante dura, pudiéndose ver hoy todavía, vestigios de aquellos aciagos días.
Uno de los más evidentes se perciben a simple vista y es la diferencia vegetal que existe entre la cubierta arbórea que recubre la mitad superior de esta zona, compuesta en su mayoría por pinos (replantados durante los años 40 debido a que la zona quedó completamente arrasada)   y la  mitad inferior, cubierta de robles, árboles en su mayoría autóctonos, que aguantaron el conflicto al estar situados en las zonas más alejadas de los combates.
Pino silvestre
Durante la ascensión a las lagunillas pudimos percibir algunos pinos silvestres autóctonos de la zona, heroicos supervivientes de tiempos anteriores al conflicto.

Ascendemos directamnte por el corta fuegos que sube hasta la llamada Peña del Cuervo, tramo duro y sufrido que sin embargo nos premia a la vista una vez llegados a este punto.
Las vistas del valle desde este punto son alucinantes.  Aquí paramos y tomamos un refrigerio mientras contemplábamos embobados el hermoso valle que se abría ante nuestros ojos.
Caballos en la subida al pico
Una vez realizado el descanso retomamos el ascenso en dirección oeste, hacia las Lagunillas. El camino es más suave y pudimos disfrutar de la presencia de fauna doméstica como caballos y vacas, que, al igual que nosotros, parecían disfrutar del entorno.

Durante los meses de primavera y verano, con la llegada del buen tiempo, no es raro que los ganaderos de los pueblos de la zona y, ante la extinción hace muchos años de los grandes depredadores de estas tierras (lobos y osos), suelten al ganado
libre en las montañas, ya que es en estas fechas cuando los pastos son más jugosos y abundantes.
Lagunillas
Llegando a las Lagunillas el cielo se fue nublando, lo cual nos hizo el ascenso más agradable .
Al llegar a este lugar nos descalzamos y tumbamos en el pasto que las rodean, dejando sentir el suave tacto de las plantas en nuestros pies. Los más valientes probaron a introducir sus pies en las frías aguas, repletas de renacuajos.
Tras otro pequeño descanso continuamos la ruta atravesando el vestigio glacial del Nevero, aún con nieve en estas fechas, hasta llegar a su cumbre.
Es alucinante ver como aún, en  éste glacial milenario y bajo su gruesa capa de nieve helada, se forma uno de los arroyos que va descendiendo y que mucho más abajo abastece de agua al pueblo de Lozoya. E incluso junta sus aguas con otros arroyos y afluentes, desembocando en el embalse de Lozoya, formando parte de toda esa agua que abastece la capital del estado.

El agua de Madrid tiene fama de ser una de las mejores de España. Contemplando este lugar uno comprende el por qué.
Vista del Valle del Lozoya desde el Pico del Nevero
Una vez llegados hasta el Pico del Nevero volvemos a ser privilegiados espectadores de unas vistas únicas. El ascenso, aunque no muy duro, si es algo exigente, pero queda compensado por las vistas.
Sentados en la roca que marca el punto de altitud contemplamos en silencio el espacio que nos rodea. No hace falta decir nada más.
Comenzamos el descenso por la cumbredirigiéndonos ahora hacia el oeste, hacia el Puerto de Navaf´ria. Caminamos "cumbreando" entre Madrid y Segovia, por un paisaje pelado, solitario, bello,  podría pasr por lunar perfectamente
Durante la bajada podemos ver las antiguas trincheras y puestos de observación que aún quedan de la Guarra Civil.
Finalmente llegamos al puerto y Nuria, la guía, nos muestra, escondido bajo unos grandes pinos, lo que queda de  un antiguo cementerio italiano, otra cicatriz de aquella infausta guerra.
De aquí al segundo aparcamiento hay un paseo sencillo. Llegamos  hambrientos  al merendero y devoramos en un entorno privilegiado y al susurro del viento entre las copas de los pinos los bocatas y aperitivos correspondientes.
 Por supuesto que se produce un expontáneo trueque de alimentos y platos, que devoramos con fruición.
Y efectivamente llegamos a la conclusión de que la comida en el campo sabe el doble de buena.
Después y tras comentar las mejores jugadas llegan las despedidas.
La mayoría decide partir directamente. Otros, los menos,  preferimos bajar al precioso pueblo de  Lozoya y tras disfrutar de un café , nos bañamos en las piscinas municipales, cerramos la excursión con broche de oro.

Un saludo a todos los que participaron y en especial a Nuria, nuestra guía y amiga, que nos cuido y oriento durante toda la ruta, enseñándonos a participar de la naturaleza de una forma agradable, didáctica y divertida.

miércoles, 28 de julio de 2010

¿De qué color es el caballo blanco de Santiago?


Una mañana de verano, una montaña, una ruta,  y de repente, tras el recodo de un camino y sin previo aviso, de entre la vegetación silvestre, ajeno  a todo y a todos, aparece sin previo aviso ,poderoso, un  gran caballo blanco.
Nos mira. Le miramos.
-¡Qué extraño encontrar aquí, en este remoto rincon perdido, a este fabuloso animal!, nos decimos.
Seguramente y por la forma en la que nos observa, el piensa lo mismo,-¿qué se les ha perdio a estos por aquí?, parecen decir sus enormes ojos acuosos.
Cargo la cámara e inmortalizo el instante.

Pasado un rato y aun con la extrañeza comentándose en nuestras bocas, seguimos nuestra travesía.

La montaña, tan natural, tan mágica, no deja de sorprendernos, de sorprenderme.

Me recuerda que está en constante cambio, mutando. Así, cada instante avanza dejando tras de sí una historia irrepetible, una esencia que queda atrapada en el entorno, enriqueciéndolo  y alimentándolo, construyendo una nueva escena lista para ser contemplada, vivida, disfrutada,  por los espectadores de la naturaleza. Nosotros.

Y mientras divago sobre este concepto, me sobrecojo ansioso, deseando expectante, llegar ya al siguiente recodo para descubrir que nueva sorpresas me regalara en la mañana la naturaleza.

martes, 20 de julio de 2010

Los libros se fueron de vacaciones


(Ilustración de NETAMOLA)

Una vez evaporadas las últimas páginas del último libro de mi última lectura, bajo la calorina estival de este mes de Julio, decidí acercarme a la flamante biblioteca municipal del barrio y refrescar mi reseco intelecto urbanita.

Pero al llegar al moderno edificio azul, después de  atravesar la reseca meseta castellana con forma de vía urbana capitalina, achicharrándome con los latigazos ardientes que marcaban el cenit del medio día,  (afortunadamente en este mundo todavía el Sol es de justicia y no entiende de influencias y partidismos, quema a todos por igual sin distinción de razas ni condición social) me encuentro con las puertas del lugar cerradas.

Los libros, o mejor dicho, los funcionarios de la “biblio” (así le llamamos a la biblioteca los que nos queremos hacer los cools e ir de intelectuales) se toman 15 días de asueto, me informa un amable guardia de seguridad armado con su porra reglamentaria, arma disuasoria que no entiendo muy bien qué función puede tener en semejante edificio, pues dudo mucho que en este país alguien quiera robar libros.

Pasado rápidamente el enojo inicial (atención: cabrearse en el “asolaero” capitalino a las 12 del mediodía no es muy recomendable para la salud. No lo haga si no es en presencia de un experto)  y reptando cual lagartija al hogar comienzo a mascullar mi venganza-¡No leeré más!-
Estúpida conclusión que rápidamente desecho, -es el calor- me digo, y me quedo más tranquilo

Luego reflexiono sobre el caso y llego a una conclusión inquietante: entiendo que los trabajadores públicos (y también los que no son públicos, por supuesto) disfruten de su merecido descanso, pero ¿por qué la cultura se ha de tomar vacaciones?, ¿acaso la sanidad –rama laboral que conozco de sobra por razones que ahora no vienen al caso- se las toma y deja sin servicio a la población?, ¿acaso la cultural no es salud mental?, ¿es que los que no nos podemos ir de vacaciones no tenernos derecho a esos servicios?, ¿acaso la cultura, como servicio público que es, el conocimiento, no debería ser accesible todos los días del año?

Leer es educar y educar es crecer. Poner límites y horarios a la cultura es limitar el conocimiento.
¿Se le pueden poner puertas al campo?