Estado Natural, experiencias para gente con ombligo.

Si eres de los que piensas que la vida es una sucesión de experiencias, además de pasar por la naturaleza dejas que la naturaleza pase por ti, tienes ombligo y eres consciente de ello y de lo que eso conlleva, bienvenido, aquí tienes tu espacio.

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Senderismo

viernes, 13 de agosto de 2010

No hay palabras



                                               
Arde Europa. 
Quisiera describir la rabia e impotencia que siento ver estas imágenes. No me sale nada.
Hoy no puedo. 
Hoy, las líneas de los sucesos se siguen escribiendo con la ceniza de lo que ayer fue vida.
Ahora llega la nada en forma de silencio negro. Lo cubre todo.
Incluso mis palabras,  también consumidas por el fuego.
Todo.

jueves, 5 de agosto de 2010

Un paseo por el Pico del Nevero

Salimos un bonito domingo de Julio, bien temprano, como a eso de las 7.30h de la mañana, tras desayunar sólidamente unas tostadas con café en uno de los innumerables baresa que hay en el bello pueblo serrano de  Lozoya.
La subida en coche por la siempre complicada carretera que sube hacia el puerto de Navaf´ria, nos llevó hasta el km 9, donde nos desviamos y tomamos el atajo de tierra que conduce hasta una zona de merenderos .
Allí, tras contemplar la bella vista que desde ese punto se tiene del valle, comenzamos la ascensión atravesando las masas forestales de pinos, dirección a las lagunillas del Nevero.
Vista de la cara anterior de las lagunillas
Antiguo frente de batalla durante la Guerra Civil Española, el lugar fué escenario de frecuentes y cruentos combates entre los dos bandos, ansiosos por disputarse el estratégico punto geográfico del Pico del Nevero, así como del Puerto de Navafría.

La tragedia de la guerra azotó a esta zona de forma bastante dura, pudiéndose ver hoy todavía, vestigios de aquellos aciagos días.
Uno de los más evidentes se perciben a simple vista y es la diferencia vegetal que existe entre la cubierta arbórea que recubre la mitad superior de esta zona, compuesta en su mayoría por pinos (replantados durante los años 40 debido a que la zona quedó completamente arrasada)   y la  mitad inferior, cubierta de robles, árboles en su mayoría autóctonos, que aguantaron el conflicto al estar situados en las zonas más alejadas de los combates.
Pino silvestre
Durante la ascensión a las lagunillas pudimos percibir algunos pinos silvestres autóctonos de la zona, heroicos supervivientes de tiempos anteriores al conflicto.

Ascendemos directamnte por el corta fuegos que sube hasta la llamada Peña del Cuervo, tramo duro y sufrido que sin embargo nos premia a la vista una vez llegados a este punto.
Las vistas del valle desde este punto son alucinantes.  Aquí paramos y tomamos un refrigerio mientras contemplábamos embobados el hermoso valle que se abría ante nuestros ojos.
Caballos en la subida al pico
Una vez realizado el descanso retomamos el ascenso en dirección oeste, hacia las Lagunillas. El camino es más suave y pudimos disfrutar de la presencia de fauna doméstica como caballos y vacas, que, al igual que nosotros, parecían disfrutar del entorno.

Durante los meses de primavera y verano, con la llegada del buen tiempo, no es raro que los ganaderos de los pueblos de la zona y, ante la extinción hace muchos años de los grandes depredadores de estas tierras (lobos y osos), suelten al ganado
libre en las montañas, ya que es en estas fechas cuando los pastos son más jugosos y abundantes.
Lagunillas
Llegando a las Lagunillas el cielo se fue nublando, lo cual nos hizo el ascenso más agradable .
Al llegar a este lugar nos descalzamos y tumbamos en el pasto que las rodean, dejando sentir el suave tacto de las plantas en nuestros pies. Los más valientes probaron a introducir sus pies en las frías aguas, repletas de renacuajos.
Tras otro pequeño descanso continuamos la ruta atravesando el vestigio glacial del Nevero, aún con nieve en estas fechas, hasta llegar a su cumbre.
Es alucinante ver como aún, en  éste glacial milenario y bajo su gruesa capa de nieve helada, se forma uno de los arroyos que va descendiendo y que mucho más abajo abastece de agua al pueblo de Lozoya. E incluso junta sus aguas con otros arroyos y afluentes, desembocando en el embalse de Lozoya, formando parte de toda esa agua que abastece la capital del estado.

El agua de Madrid tiene fama de ser una de las mejores de España. Contemplando este lugar uno comprende el por qué.
Vista del Valle del Lozoya desde el Pico del Nevero
Una vez llegados hasta el Pico del Nevero volvemos a ser privilegiados espectadores de unas vistas únicas. El ascenso, aunque no muy duro, si es algo exigente, pero queda compensado por las vistas.
Sentados en la roca que marca el punto de altitud contemplamos en silencio el espacio que nos rodea. No hace falta decir nada más.
Comenzamos el descenso por la cumbredirigiéndonos ahora hacia el oeste, hacia el Puerto de Navaf´ria. Caminamos "cumbreando" entre Madrid y Segovia, por un paisaje pelado, solitario, bello,  podría pasr por lunar perfectamente
Durante la bajada podemos ver las antiguas trincheras y puestos de observación que aún quedan de la Guarra Civil.
Finalmente llegamos al puerto y Nuria, la guía, nos muestra, escondido bajo unos grandes pinos, lo que queda de  un antiguo cementerio italiano, otra cicatriz de aquella infausta guerra.
De aquí al segundo aparcamiento hay un paseo sencillo. Llegamos  hambrientos  al merendero y devoramos en un entorno privilegiado y al susurro del viento entre las copas de los pinos los bocatas y aperitivos correspondientes.
 Por supuesto que se produce un expontáneo trueque de alimentos y platos, que devoramos con fruición.
Y efectivamente llegamos a la conclusión de que la comida en el campo sabe el doble de buena.
Después y tras comentar las mejores jugadas llegan las despedidas.
La mayoría decide partir directamente. Otros, los menos,  preferimos bajar al precioso pueblo de  Lozoya y tras disfrutar de un café , nos bañamos en las piscinas municipales, cerramos la excursión con broche de oro.

Un saludo a todos los que participaron y en especial a Nuria, nuestra guía y amiga, que nos cuido y oriento durante toda la ruta, enseñándonos a participar de la naturaleza de una forma agradable, didáctica y divertida.