Estado Natural, experiencias para gente con ombligo.

Si eres de los que piensas que la vida es una sucesión de experiencias, además de pasar por la naturaleza dejas que la naturaleza pase por ti, tienes ombligo y eres consciente de ello y de lo que eso conlleva, bienvenido, aquí tienes tu espacio.

Datos personales

Senderismo

miércoles, 28 de julio de 2010

¿De qué color es el caballo blanco de Santiago?


Una mañana de verano, una montaña, una ruta,  y de repente, tras el recodo de un camino y sin previo aviso, de entre la vegetación silvestre, ajeno  a todo y a todos, aparece sin previo aviso ,poderoso, un  gran caballo blanco.
Nos mira. Le miramos.
-¡Qué extraño encontrar aquí, en este remoto rincon perdido, a este fabuloso animal!, nos decimos.
Seguramente y por la forma en la que nos observa, el piensa lo mismo,-¿qué se les ha perdio a estos por aquí?, parecen decir sus enormes ojos acuosos.
Cargo la cámara e inmortalizo el instante.

Pasado un rato y aun con la extrañeza comentándose en nuestras bocas, seguimos nuestra travesía.

La montaña, tan natural, tan mágica, no deja de sorprendernos, de sorprenderme.

Me recuerda que está en constante cambio, mutando. Así, cada instante avanza dejando tras de sí una historia irrepetible, una esencia que queda atrapada en el entorno, enriqueciéndolo  y alimentándolo, construyendo una nueva escena lista para ser contemplada, vivida, disfrutada,  por los espectadores de la naturaleza. Nosotros.

Y mientras divago sobre este concepto, me sobrecojo ansioso, deseando expectante, llegar ya al siguiente recodo para descubrir que nueva sorpresas me regalara en la mañana la naturaleza.

martes, 20 de julio de 2010

Los libros se fueron de vacaciones


(Ilustración de NETAMOLA)

Una vez evaporadas las últimas páginas del último libro de mi última lectura, bajo la calorina estival de este mes de Julio, decidí acercarme a la flamante biblioteca municipal del barrio y refrescar mi reseco intelecto urbanita.

Pero al llegar al moderno edificio azul, después de  atravesar la reseca meseta castellana con forma de vía urbana capitalina, achicharrándome con los latigazos ardientes que marcaban el cenit del medio día,  (afortunadamente en este mundo todavía el Sol es de justicia y no entiende de influencias y partidismos, quema a todos por igual sin distinción de razas ni condición social) me encuentro con las puertas del lugar cerradas.

Los libros, o mejor dicho, los funcionarios de la “biblio” (así le llamamos a la biblioteca los que nos queremos hacer los cools e ir de intelectuales) se toman 15 días de asueto, me informa un amable guardia de seguridad armado con su porra reglamentaria, arma disuasoria que no entiendo muy bien qué función puede tener en semejante edificio, pues dudo mucho que en este país alguien quiera robar libros.

Pasado rápidamente el enojo inicial (atención: cabrearse en el “asolaero” capitalino a las 12 del mediodía no es muy recomendable para la salud. No lo haga si no es en presencia de un experto)  y reptando cual lagartija al hogar comienzo a mascullar mi venganza-¡No leeré más!-
Estúpida conclusión que rápidamente desecho, -es el calor- me digo, y me quedo más tranquilo

Luego reflexiono sobre el caso y llego a una conclusión inquietante: entiendo que los trabajadores públicos (y también los que no son públicos, por supuesto) disfruten de su merecido descanso, pero ¿por qué la cultura se ha de tomar vacaciones?, ¿acaso la sanidad –rama laboral que conozco de sobra por razones que ahora no vienen al caso- se las toma y deja sin servicio a la población?, ¿acaso la cultural no es salud mental?, ¿es que los que no nos podemos ir de vacaciones no tenernos derecho a esos servicios?, ¿acaso la cultura, como servicio público que es, el conocimiento, no debería ser accesible todos los días del año?

Leer es educar y educar es crecer. Poner límites y horarios a la cultura es limitar el conocimiento.
¿Se le pueden poner puertas al campo?

jueves, 15 de julio de 2010

¿A qué huelen las montañas?


Recuerdo mi infancia veraniega en un pueblo de la Sierra de Madrid. Pasaba los casi tres meses estivales asilvestrándome en un pequeño enclave montañés (por aquel entonces viajar al extrajero era un privilegio al alcance de muy pocos),despojándome día a día de mis costumbres citadinas adquiridas a lo largo del resto del año.

Recuerdo las escapadas con los amigos en bici explorando primero, caminando después y conquistando , a golpe de espada imaginaria con forma de vara de roble , los rincones más salvajes del entorno.
Aprendimos a conocer la sierra y a respetarla; creímos domesticar praderas, someter caminos y conquistar montañas. Efectivamente, en nuestra ingenuidad infantil pensamos que ya  eran nuestras, que nos habíamos apropiado de sus secretos. Pero la realidad, pasado el tiempo nos dimos cuenta, fue totalmente distinta.

Sucedió que, conforme pasaban los años y a medida que crecíamos, nos debíamos a este entorno, a su regazo,  que nos llamaba y nos reclamaba constantemente a su lado. Efectivamente amigos, nosotros fuimos los conquistados, los domesticados, los sometidos, de tal forma que una parte de nuestra infancia se quedó allí para siempre.

Ahora se que mi juventud huele a retama, a jara, a pino en verano, a roble en otoño, a cantueso en primavera, a musgo en invierno, a montaña todo el año, a un valle toda la vida.

Y cuando recorro esos caminos sé que no son solo una ruta más; me lleno de los olores del entorno, los mío propios también, de un pasado todavía no lejano y me deslizo entre las montañas que cumbrean mis recuerdos.

martes, 13 de julio de 2010

En estado puro

A punto de iniciar el despegue me gustaría hacer alguna puntualización acerca de las excursiones por Madrid.
¿Sólo vamos a hacer excursiones aquí? , es una de las preguntas frecuentes que más me han hecho últimamente.  La respuesta es NO. Vamos a realizar y diseñar excursiones a lo largo de toda la geografía nacional , e incluso en el extranjero. Pero de momento y mientras vamos creciendo nos centraremos, en estos primeros meses, en un entorno cercano y sin embargo todavía poco conocido.

Cuando digo poco conocido me refiero a lugares que, aunque situados en el Sistema Central y a un paso de capitales como Segovia o Madrid, no estan masificados ni son invadidos cada fín de semana por las hordas citadinas que buscan el reposo merecido y un desconecte campirano.
Lugares por donde aún campa el lobo, bosques de origen milenario, glaciales de épocas prehistóricas, etc.
En definitiva, senderos que aún guardan la esencia de autenticidad de siempre y los ecos de historias milenarias. En puro Estado Natural.

Un saludo a todos/as,
Pedro

viernes, 9 de julio de 2010

TODO COMIENZA EN ESTADO NATURAL

Hola amig/as,
Por fín y tras varios meses de trabajo comenzamos las excursiones.
Han sido semanas de intensa actividad para crear un proyecto serio e ilusionante; un proyecto con el que pretendemos acercar el mundo de la naturaleza de forma diferente.


Desde ESTADO NATURAL no pretendemos organizar paseos al campo, pues eso es algo que cualquiera puede hacer con una simple escapadita a la Sierra en su coche. Si bien esto último es bueno y aconsejable para todos aquellos que deseen desconectar de la  mundanal vida gris citadina, creemos, sin embargo que, quizás se quede un poco corto para ciertas personas que busquen algo más. Para gente que quiere acercarse y vivir además  una experiencia en plena naturaleza.


Y eso es precisamente lo que ofrecemos:  experiencias naturales en forma de rutas de senderismo, o como a nosotros nos gusta llamarlo, SENDERISMO SELECTO.
Algo más que un paseo por el campo, una vivencia plena para conocer no sólo nuestra geografía más inédita (nos acercaremos a los rincones más bellos y menos masificados de nuestra naturaleza) si no también las milenarias historias, culturas y costumbres que sus paisajes y las gentes del lugar guardan.

 


Y recuerda, NO PASES POR LA NATURALEZA, DEJA QUE LA NATURALEZA PASE POR TI