Estado Natural, experiencias para gente con ombligo.

Si eres de los que piensas que la vida es una sucesión de experiencias, además de pasar por la naturaleza dejas que la naturaleza pase por ti, tienes ombligo y eres consciente de ello y de lo que eso conlleva, bienvenido, aquí tienes tu espacio.

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jueves, 15 de julio de 2010

¿A qué huelen las montañas?


Recuerdo mi infancia veraniega en un pueblo de la Sierra de Madrid. Pasaba los casi tres meses estivales asilvestrándome en un pequeño enclave montañés (por aquel entonces viajar al extrajero era un privilegio al alcance de muy pocos),despojándome día a día de mis costumbres citadinas adquiridas a lo largo del resto del año.

Recuerdo las escapadas con los amigos en bici explorando primero, caminando después y conquistando , a golpe de espada imaginaria con forma de vara de roble , los rincones más salvajes del entorno.
Aprendimos a conocer la sierra y a respetarla; creímos domesticar praderas, someter caminos y conquistar montañas. Efectivamente, en nuestra ingenuidad infantil pensamos que ya  eran nuestras, que nos habíamos apropiado de sus secretos. Pero la realidad, pasado el tiempo nos dimos cuenta, fue totalmente distinta.

Sucedió que, conforme pasaban los años y a medida que crecíamos, nos debíamos a este entorno, a su regazo,  que nos llamaba y nos reclamaba constantemente a su lado. Efectivamente amigos, nosotros fuimos los conquistados, los domesticados, los sometidos, de tal forma que una parte de nuestra infancia se quedó allí para siempre.

Ahora se que mi juventud huele a retama, a jara, a pino en verano, a roble en otoño, a cantueso en primavera, a musgo en invierno, a montaña todo el año, a un valle toda la vida.

Y cuando recorro esos caminos sé que no son solo una ruta más; me lleno de los olores del entorno, los mío propios también, de un pasado todavía no lejano y me deslizo entre las montañas que cumbrean mis recuerdos.

1 comentario:

  1. Me encanta escuchar de una infancia así. La mía fue siempre en la jungla de cemento. uff. Ojalá que un día la sierra también me reclame a mi.

    Felicidades por Estado Natural. Faltaba alguien que nos recordara lo feliz que se está en la sierra!!!

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